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Análisis documental: importancia de los entornos virtuales en los procesos educativos en el nivel superior

Análisis documental: importancia de los entornos virtuales en los procesos educativos en el nivel superior
13/11/2020

Luisa Rosa Isela Aguilar Vargas

Estudiante de la maestría en Tecnología Educativa de la Universidad Da Vinci y profesora de la

Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Yucatán

 

Emma Omolade Otuyemi Rondero

Estudiante de la maestría en Tecnología Educativa de la Universidad Da Vinci y licenciada en

Gastronomía por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla

 

El contexto actual se ha visto modificado por el desarrollo y el crecimiento exponencial de la tecnología en diversos ámbitos. En este sentido, es común observar la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a la vida cotidiana de las personas. Por tal motivo, no podemos considerarlas ajenas, sino que, por el contrario, es importante reconocer que facilitan diversos procesos en nuestra vida cotidiana; por ejemplo, el acceso a la información. De este modo, uno de los contextos en los que han impactado sobremanera las TIC ha sido en el terreno educativo, debido a que, como establecen Moreira-Segura, Delgadillo-Espinoza, Sánchez-Calvo y Alvarenga-Venutolo (2014), en las instituciones educativas, el uso de las tecnologías no solo ha sido considerado una moda, sino que, con el paso del tiempo, se ha visto como algo necesario para diversificar la oferta académica.

 

 

Basándonos en lo anterior, dentro de las nuevas oportunidades que ofrece la inclusión de las TIC en la educación, podemos mencionar que, desde hace algún tiempo, se ha desarrollado un concepto relevante; a saber, la «educación virtual» o «e-learning»:

 

[…] los cuales implican una formación educativa online que usa las posibilidades comunicativas de internet. Gracias a estas innovaciones, la educación a distancia se ha revolucionado por completo, entrando de lleno en un nuevo paradigma: los entornos virtuales de aprendizaje (Hernández y Romero, 2011, p. 96).

 

También, el desarrollo de los entornos virtuales de aprendizaje ha sido considerado como una opción para la educación presencial debido a que la combinación de elementos de esta modalidad y de la virtual generan un aprendizaje híbrido, conocido como «blended learning» (Hernández y Romero, 2011). 

 

Asimismo, tomando como base lo mencionado por Vidal y Camarena (2014), las TIC han transformado la realidad educativa; es decir, ahora las instituciones académicas y de investigación deberán aprovechar las oportunidades que las TIC han generado en este ámbito, puesto que, de otra manera, si no las utilizan, corren el riesgo de quedarse rezagadas en la oferta y demanda educativas.

 

En función de lo anterior, sin duda, la oferta académica ha evolucionado con la implementación de las TIC, por lo que este contexto se ha transmutado, dado que no se ofrece únicamente un servicio educativo de modo presencial, sino que es necesario presentar nuevas alternativas que permitan establecer distintas modalidades educativas; por ejemplo, aquellas vinculadas con lo virtual, cuyo objetivo consiste en superar la distancia, deshacerse de los horarios fijos y desarrollar la facilidad de administrar el tiempo de estudio, teniendo la opción de realizar otras actividades que forman parte de la vida diaria (Moreira-Segura et al., 2014). 

 

De esta manera, actualmente, los procesos educativos virtuales están evolucionando y transformándose, por lo que en ocasiones es difícil conceptualizarlos y precisar su abordaje. Sin embargo, existen muchos autores que han dedicado gran parte de su tiempo a estudiarlos y conceptualizar algunos de los elementos que tienen en común, como ocurre, por ejemplo, con el caso de la llamada «educación a distancia» (Jaramillo, 2012). 

 

A partir de lo expuesto, se reconoce que en los procesos de aprendizaje actuales los ambientes virtuales resultan ser el complemento perfecto para una educación presencial. Se pretende que coexistan con sus capacidades y estrategias de manera coherente, con la finalidad de adquirir diversas habilidades orientadas a lograr «aprender a aprender», a hacer que el aprendizaje sea verdaderamente significativo y a propiciar la interacción activa de todos los participantes del proceso educativo (Jaramillo, 2012).

 

Como se puede observar, las redes telemáticas están ofreciendo muchas posibilidades a la educación, tanto para propiciar la interacción con otras personas como para intercambiar información. En el contexto educativo, principalmente, se ha fortalecido la interacción entre maestros y alumnos, pero también entre pares o iguales. Esto ha resultado mucho más fácil gracias al uso de plataformas, como las LMS (learning management system), que aún se continúan desarrollando; plataformas de paga, tales como WebCT, Blackboard o Lotus; plataformas de uso libre, como Moodle, Interact, Claroline, Fle3 o Manhattan Active; así como por el movimiento, que actualmente está de moda, de las weblogs (Cabero, 2006). 

 

Una plataforma está formada por diversas aplicaciones informáticas que se encuentran instaladas en un servidor, el cual permite al profesor administrar, gestionar, crear y distribuir cursos en internet (Sánchez, 2009). Las plataformas educativas son un elemento importante para estudiar y explorar, puesto que, al investigar un entorno virtual de aprendizaje, podemos conocer el desarrollo, el movimiento y la interacción que se generan entre pares y con el profesor. Por esta razón, las instituciones educativas están haciendo su incursión en la educación virtual o en la educación a distancia, debido a que existe una gran motivación para hacer algo diferente, puesto que repetir un modelo de enseñanza tradicional ya no resulta ser lo más viable (Ramírez, 2007, citado en Gros, 2011):

 

Tanto desde el mundo científico como desde otros ámbitos como la divulgación o la ficción, imaginar el futuro ha sido una de las temáticas más recurrentes a lo largo del siglo XX y en la primera década del actual (p. 145).

 

Sin duda, las tecnologías nos ofrecen desafíos, y es una realidad que los nuevos entornos digitales son más complejos, por lo que los docentes y las instituciones deben estar en constante renovación y capacitación, de forma que puedan atender a las exigencias de nuestra sociedad actual (Quirós, 2009). 

 

A raíz de lo anterior, las instituciones educativas, principalmente aquellas que imparten educación superior, han transformado sus procesos de enseñanza y aprendizaje por medio de la utilización de diversas modalidades educativas; tal es el caso del b-learning (blended learning) (Hernández y Romero, 2011). 

 

Esta investigación tuvo como propósito conocer la importancia de los entornos virtuales en los procesos educativos en el nivel superior mediante el análisis del concepto de «entorno virtual» y las características más importantes que lo definen, así como los usos, beneficios y obstáculos que implica su inclusión en la educación. 

 

En la actualidad, hacemos uso de las TIC en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, además de para nuestro aprendizaje. De esta manera, el concepto de «entorno virtual de aprendizaje» permite entender de qué manera usamos las TIC a la hora de aprender en la red de forma autónoma, haciendo así que no olvidemos la importancia que adquiere tener en cuenta el momento social y tecnológico en el que nos encontramos al reflexionar sobre los entornos de aprendizaje (Rodríguez y Castillo, 2019). 

 

En este estudio se ha pretendido examinar la información existente respecto al concepto de «entorno virtual» basándose en diferentes autores, contrastando sus ideas y encontrando las similitudes o diferencias en relación a dicho concepto. A continuación, se discutirán los principales hallazgos de esta investigación.

 

De los resultados obtenidos en este trabajo se desprende que, actualmente, existe un conocimiento importante acerca de los entornos virtuales de aprendizaje, sus aplicaciones en la educación superior, sus características más importantes y los elementos o circunstancias que impiden o dificultan su inclusión en los procesos educativos. 

 

En consecuencia, existen diferentes maneras de definir los «entornos virtuales de aprendizaje» y, basándose en los resultados de este estudio y en la literatura revisada, se presentan como espacios, softwares o aplicaciones informáticas que están dotados de materiales didácticos y recursos tecnológicos, donde la comunicación y la interacción son esenciales, ya que pretenden ser lo más parecido a un espacio real, un aula en la que se maneja la comunicación cara a cara, funcionando de esta manera en colaboración con los procesos pedagógicos y de aprendizaje. 

 

Por otra parte, las características principales de estos entornos virtuales, y que han sido mencionadas por los autores estudiados, son colaboración, interactividad, flexibilidad, estandarización y escalabilidad, funcionalidad, usabilidad, ubicuidad, accesibilidad, comunicación, autoaprendizaje e interconexión. Asimismo, cuentan con componentes, tales como materiales multimedia, acceso al correo electrónico, evaluaciones, foros, chats, cuestionarios (autoevaluaciones) y simulaciones, ejercicios, blogs, RSS y videoconferencias.

 

Respecto al uso de los entornos virtuales de aprendizaje, los resultados muestran que son utilizados principalmente como medio de interacción en el que se comparte información a la que puede accederse en cualquier momento, con la finalidad de mejorar el aprendizaje y, asimismo, tener la oportunidad de evaluar a los participantes.

 

En cuanto a los beneficios de los entornos virtuales de aprendizaje, se relacionan con la mejora de la calidad educativa, ya que, además de complementar la educación presencial, se incrementa el aprendizaje y la motivación del estudiante, ya que este cuenta con mayor flexibilidad e independencia y más tiempo disponible para sus estudios; aprende a trabajar de manera colaborativa, manteniendo mayor comunicación con los demás participantes; y puede ser evaluado, evaluar y autoevaluarse. 

 

Finalmente, se detectó que existen diversos obstáculos tanto para los alumnos como para los docentes y las instituciones. Estos obstáculos se vinculan con el temor que se genera ante la falta de conocimiento e información acerca del uso de estas herramientas tecnológicas. Además, otros obstáculos importantes que se detectaron es que no siempre se cuenta con la infraestructura requerida ni con el conocimiento respecto al complejo material que se necesita para implementar los ambientes virtuales de aprendizaje, sin olvidar la forma de resolver las dificultades técnicas o de diseño que pudieran surgir en el proceso de aprendizaje.

 

La educación está cambiando constantemente, por lo que es necesario encontrar herramientas útiles que produzcan cambios positivos en la comunidad y en sus problemas educativos. La educación virtual proporciona herramientas tecnológicas que sirven para resolver conflictos que existen en la educación presencial.

 

En este sentido, los entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje surgen para ofrecer un espacio dentro de las crecientes redes informáticas y en la tecnología digital, produciendo ruptura de barreras geográficas, psicológicas y pedagógicas que adelantan procesos formativos en la educación superior (Guaña et al., 2015). Los entornos virtuales de aprendizaje se transforman en medios ideales para impartir una educación de calidad necesaria para los contextos del siglo XX

 

Centrándonos en los resultados de este estudio, se puede concluir que los entornos virtuales son espacios de comunicación o aplicaciones informáticas que proveen de oportunidades de aprendizaje ideales a los alumnos, quienes tienen la capacidad de interactuar con contenidos y materiales adecuados para poder aprender. Por otro lado, los profesores tienen a su disposición un espacio para comunicarse, interactuar y enseñar de manera adecuada a los educandos por medio de mecanismos síncronos o asíncronos.

 

Asimismo, como principales características de los entornos virtuales de aprendizaje, se identificaron la colaboración, la interactividad, la flexibilidad, la estandarización y escalabilidad, además de la funcionalidad, la usabilidad, la ubicuidad, la accesibilidad, la comunicación, el autoaprendizaje y la interconexión. Asimismo, estos entornos virtuales cuentan con dos elementos: los recursos de aprendizaje y las herramientas de comunicación. Respecto a lo anterior, es importante considerar que, hoy en día, contar con un espacio abierto e interactivo que facilite el proceso de enseñanza-aprendizaje es una herramienta de utilidad, dado que se rompen las nociones de una educación tradicionalista y se promueve un aprendizaje autodirigido. 

 

En relación a los usos de los entornos virtuales, la mayoría de los autores indican que son un medio de interacción entre los participantes (maestros-alumnos), además de que sirven para acceder a la información, compartirla e intercambiarla. También funcionan como herramienta de evaluación de los estudiantes. 

 

Por otra parte, los beneficios de los entornos virtuales en los procesos de aprendizaje son variados; sin embargo, principalmente, se relacionan con la flexibilidad, la independencia y la disponibilidad de tiempo que representa su uso, por lo que indican que se puede percibir un incremento considerable en el aprendizaje. Unido a esto, también se fomenta en los alumnos la autonomía, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo y la comunicación. Es posible que el participante realice ejercicios metacognitivos que le permitan conocer sus recursos y habilidades, y mejorar sus procesos de aprendizaje.

 

Para finalizar, en relación con los obstáculos de los entornos virtuales en los procesos de aprendizaje, en primera instancia se encuentra la resistencia al cambio por algunos profesores y la falta de conocimiento e información acerca del uso de estas herramientas tecnológicas por parte de los alumnos y de los docentes. Se consideró, además, como impedimentos importantes, la falta de equipos tecnológicos y de conocimiento técnico que se necesita para implementar los entornos virtuales de aprendizaje por parte de las instituciones educativas. 

 

Fuente: Tecnología, Ciencia y Educación, 17 (septiembre-diciembre 2020)

www.tecnologia-ciencia-educacion.com 


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