Jose Antonio Trujillo
Hablar de tecnología en un contexto como el actual es, en realidad, hablar de las herramientas que nos han permitido enfrentar la situación con un poco más de alivio. Si las actuales herramientas no hubieran existido, el confinamiento hubiese sido más difícil y los trabajos remotos seguirían siendo parte del futuro que imaginamos.
Pero la tecnología está aquí y por ello es que everis decidió realizar un conjunto de conversatorios en los que los actores de la industria meditaron sobre lo que se ha avanzado en estos vertiginosos meses, y sobre las grietas que se han podido identificar a partir del segundo trimestre de este año.
Everis Talks se realizó del 4 al 7 de agosto, realizando 12 sesiones en las que se abordaron temas como la innovación, la agilidad o el futuro del trabajo. Fueron cuatro días intensos de presentaciones y de ellos les ofrecemos un extracto de lo que se dijo en esas reuniones virtuales.
La innovación
El primer día se tocó uno de los temas que ha estado rondando el mundo de las empresas por años: la innovación. Pero ahora se le dio un giro interesante: ¿innovar para qué? Es decir, no solo se buscaba encontrar las experiencias de innovación en la región, sino también observar si estas experiencias tenían un objetivo claro.
Esta sesión, llamada Innovate for what?, realizada el primer día, se desarrolló con Irene Arias Hofman, CEO de IDB Labs; Felipe Bunster, gerente general de Mutual de Seguridad de Chile; Rodrigo Liaudat, gerente senior de transformación digital e Innovación Tecnológica de Toyota Argentina; y Douglas Montalvao, gerente general de Adobe Experience Cloud para Latinoamérica Hispanohablante.
Arias sostuvo que la pregunta de ¿innovar para qué? es muy relevante porque, claramente, necesitamos otras soluciones a muchos de los problemas que ya existían. Por ello, la innovación es más necesaria que nunca. Desde la perspectiva particular del IDB Labs, el laboratorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se sigue trabajando para resolver los problemas de las personas más vulnerables de la región, y lo que cambia es el tipo de problemas y cómo se resuelven.
Para ello es necesario establecer tres fases de acción: una específica para la emergencia de salud, una segunda para la reapertura económica y la reconversión de algunas industrias, y la tercera para la reactivación para sectores como el turismo que se han visto muy afectados. Esto se logra a través de pruebas de concepto, de tests y de todo el capital y talento emprendedor que existe en la región. Estos emprendimientos se apoyan con financiamiento, conexiones y conocimiento. En un estudio reciente se ha visto que el 84% de los emprendimientos han visto muy deteriorados su flujo de fondos y menos de la mitad ha recibido apoyo. Sin embargo, a pesar de ello, las empresas han tenido suficiente empuje como para, por ejemplo, lanzar nuevos ventiladores mecánicos.
Entonces, se cambió a qué problemas se aplicaba la innovación -salud no había sido un tema prevalente antes-, y cómo se hacía la innovación, ahora con alianzas entre múltiples actores que antes se podían dar pero que tardaban muchísimo más que en la actualidad.
«Esto, en unas semanas estaba identificado, estructurado y en curso en producción”, indicó la funcionaria.
Por su parte, Bunster sostuvo que esta es una oportunidad de cambiar ciertas conductas que se tenían como sociedad, en las cuales la innovación se veía como algo romántico, no como algo necesario, y como un área de desarrollo de nuevos productos y no como una forma de cómo hacer las cosas de maneras más eficientes. Y también es una oportunidad para darnos cuenta de toda la innovación que se ha logrado.
«Por ejemplo, la propia Mutual ha desarrollado un ventilador mecánico que hubiera sido impensable hace tan solo un par de años”, sostuvo el ejecutivo.
Es un tiempo, dijo, en el que se han aceptado culturalmente distintos cambios sin mayor cuestionamiento; es un tiempo en el que las organizaciones van a poder enfocarse en la innovación continua, no en la de proyectos. Quizás una de las áreas que ha surgido a la luz de la pandemia, sostuvo Bunster, es la falta de big data. Se tiene que innovar en la toma de decisiones haciendo un buen uso de la información que está disponible y que puede ser fácilmente procesable.
Es un escenario terrible, pero lleno de oportunidades, indicó.
Liaudat habló desde la perspectiva de una industria que ha recibido un gran impacto. El ejecutivo sostuvo que la COVID-19 les hizo redireccionar sus esfuerzos, ya que en su cadena de valor había muchos proveedores que se encontraron repentinamente en una situación económica muy apremiante y de mucha incertidumbre. En ese contexto, Toyota estableció un canal de comunicación con todos sus proveedores para identificar qué necesidades de asistencia tenían -desde el punto de vista de ingeniería, protocolos, asistencia económica- para darles algo de certidumbre, especialmente en el tiempo en el que la planta estuvo detenida.
Y específicamente sobre la innovación tecnológica, se enfocaron en iniciativas que facilitaran el trabajo remoto. Si bien Toyota venía avanzando en esa dirección, lo hacía a un paso lento. «Por otro lado, trabajamos muy fuerte en tema de datos, siempre apuntando a cuidar a nuestros clientes, ya que el uso del vehículo se va a volver a incrementar”, sostuvo el ejecutivo.
También trabajaron en iniciativas para el desarrollo de ventiladores mecánicos con uno de sus principales proveedores, y han colaborado con hospitales para poner a su disposición diferentes tecnologías de monitoreo remoto de pacientes y la entrega de vehículos.
Finalmente, Montalvao sostuvo que es un momento de oportunidades y reflexionar cómo actuamos como sociedad y cómo se va a vivir de ahora en adelante; especialmente importante será determinar cuáles son las empresas que van a poder prosperar en la nueva normalidad.
«Independientemente de cuál sea el futuro y el impacto de la pandemia, la solución va a pasar por la tecnología, la innovación y lo digital”, indicó.
El trabajo
Otro de los grandes temas que se tocó en las charlas fue el del trabajo. Con la pandemia muchos trabajos han pasado a ser remotos y las habilidades que se requieren para este tipo de labor pueden ser diferentes, incluso el tipo de liderazgo puede ser diferente.
Estos temas se abordaron en un par de charlas que estuvieron a cargo de Alex Pompei, partner market advisor for modern work LATAM de Microsoft; y Óscar del Amo, senior manager, Digital Experience de everis, en el caso de la charla denominada Liquid Digital Workplace; y por Silvina Moschini, CEO y fundadora de SheWorks!; Jorge Hernández, director de Recursos Humanos de Jugos del Valle; y Neyla Barrera, head of Talent & Transformation de everis Perú, en el caso de la charla denominada The future of work.
Pompei inició la conversación contando lo que hizo Microsoft para enfrentar la pandemia en el ámbito del bienestar de sus trabajadores. Lo primero fue garantizar que los empleados estuvieran a salvo y pudieran ejecutar sus trabajos. Una de las primeras cosas que hicieron fue enviar un documento en el que le decían a sus empleados como ejercitarse, cómo manejar su tiempo, incluso cómo lograr desconectarse del trabajo.
El primero de los desafíos que tuvieron que enfrentar fue garantizar que la gente se conecte. «Pero conectarse no es suficiente en la actual situación. Se debe entender cómo mantener esa fuerza remota informada, aprendiendo, intercambiando información, que es lo que se hace en las oficinas”, sostuvo la ejecutiva.
Pero, además, las empresas trabajan con proveedores y otros actores del ecosistema; entonces, al reto es mayor pues ahora también es necesario saber cómo mantener toda esa estructura productiva conectada. Y todo hacerlo con niveles de seguridad adecuados.
También es necesario pensar en qué es lo esencial. Todo aquello que no lo sea debe ser repensado para que la cadena de valor pueda funcionar de manera diferente.
Por su parte, Del Amo indicó que la preocupación de su compañía fue similar. En menos de una semana tenían al 97% de sus trabajadores realizando el teletrabajo, algo destacable si se toma en cuenta que la compañía tiene alrededor de 25 mil trabajadores en diversos países. Para ello ya contaban con las plataformas que les permitían estar conectados de esta forma.
El siguiente paso fue cómo mantener esa conexión y cómo liderar remotamente a los equipos. Se lanzaron, entonces, una serie de programas que iban más allá de la tecnología, como el everis Care, donde el foco era el bienestar de los colaboradores a través, por ejemplo, de apoyo psicológico. Otro de los elementos fue el Power Teams, donde se buscaba la conexión de las personas y emular la convivencia que se tenía en el día a día en las oficinas.
«Nos hemos apoyado en la tecnología creando, por ejemplo, salas virtuales donde una persona empieza su día a día, ve a los compañeros y se tendrá que retirar para una reunión y luego volver para estar junto a sus compañeros”, indicó el ejecutivo.
Otro de los elementos fue tener la seguridad de la continuidad operativa; en esa línea se tiene una iniciativa para determinar cómo se va a realizar la vuelta a la normalidad, aunque ya se ha determinado que se va a continuar con el teletrabajo al menos hasta inicios del 2021.
La sesión dedicada al futuro del trabajo se inició con una pregunta: ¿el futuro del trabajo es ahora? Muy probablemente lo sea, ya que todo lo que imaginábamos como herramientas que utilizaríamos en los próximos años lo estamos usando ahora, debido a la COVID-19.
Moschini sostuvo que nos encontramos en la ‘tormenta perfecta’, vale decir, en un momento en el que todos los factores necesarios para que algo ocurra han confluido. Nos encontramos en la tormenta perfecta por la COVID-19, pero también por la existencia de nuevas tecnologías y el cambio generacional hacia trabajadores que desean modalidades de trabajo más flexibles, basadas en tecnologías.
«El cara a cara es ahora el Facetime, es la gente con tecnología”, sostuvo la ejecutiva. Y por ello es importante trabajar en las nuevas habilidades de liderazgo como la empatía y pensar más en formas colaborativas, a través de una pantalla. En general, dijo, las personas se encuentran en el proceso del cambio y la tecnología es el intermediario que usan para sobrellevar este proceso.
Hernández, por su parte, indicó que sí nos encontramos actualmente en lo que solíamos llamar el futuro del trabajo, y que es gracias a que meditamos en él desde hace unos años que ahora podemos enfrentarlo. «La pandemia vino a acelerar esa transformación, pero también es cierto que las personas tienen capacidad de adaptarse”, sostuvo el ejecutivo.
De hecho, no hay vuelta atrás, no se va a regresar a la anterior normalidad y, por ello, es necesario contar con organizaciones ‘más esbeltas’ que hagan un buen uso de la tecnología. Y eso implica otorgar a las personas un ambiente adecuado y seguro para que trabajen desde sus casas.
Finalmente, Barrera sostuvo que los cambios que ahora estamos experimentando se van a mantener. Ciertamente, es tentador tratar de volver a la zona de comfort, pero no hay que hacerlo; por el contrario, hay que comenzar a pensar en la cultura organizacional como la herramienta que va a generar las ‘anclas’ necesarias para que la organización no vuelva atrás.
«Estamos en un proceso de aprendizaje de la nueva cultura del trabajo. No es la misma que antes, se requiere de un liderazgo más empático”, concluyó la ejecutiva.
Repensar lo básico
El último día de las conferencias se dedicó a lo básico. La conferencia se llamó Rethinking the basis; repensar las bases trata de qué es lo que necesitamos hacer en TI para que sea el actor que se espera. La pandemia ha mostrado algunos problemas que aún no se resuelven como las comunicaciones y las aplicaciones, las cuales han pasado por un verdadero estrés cuando la demanda se incrementó exponencialmente.
Para hablar sobre estos temas se convocó a Francisco García, CTO de Latam Airlines; Marco Vidal, director de Sistemas de la Información de Telefónica Perú; Ernesto Gutierrez, vicepresidente digital de Ecopetrol; y Juan Sebastián Escobar, head of Digital Technology de everis Colombia.
García comenzó la sesión señalando que lo primero que se debe entender es que la tecnología es una herramienta y no un fin en el desarrollo de las compañías. «Creo que la tecnología es la herramienta más importante para esta reinvención que requieren los negocios, para enfrentar con éxito los tremendos desafíos que tenemos por delante”, sostuvo el ejecutivo.
Por ello, la transformación digital debe presentar soluciones a sus clientes que sean simples, ágiles, escalables, flexibles, algo fundamental para que las empresas puedan permanecer en el tiempo. Y eso se logra, ante todo, posicionando a la tecnología en el core del negocio y trabajando muy de cerca con los usuarios y clientes.
Este concepto se ha desarrollado durante años en Latam Airlines y se le ha denominado el Tech at Core; es decir, trabajar en equipo entre TI y el negocio. En particular, Latam inició este cambio revisando los procesos, entendiendo lo que el cliente quiere, es decir, tener la línea aérea ‘en el bolsillo’, hacer desde el teléfono móvil todo lo que uno necesita para realizar un viaje. La aplicación debe simplificar todos los procesos con los cuales interactúa un pasajero.
Por su parte, Vidal de Telefónica sostuvo que uno de los temas que tuvieron que enfrentar en su compañía cuando llegó la pandemia fue la productividad de los empleados. Y también ese fue el momento en el que TI pudo mostrar que es un habilitador para la continuidad del negocio. Por ello, el objetivo de TI es habilitar al negocio en estas circunstancias difíciles. «Y, posiblemente, este haya sido un catalizador de lo que ya se venía trabajando en muchas organizaciones. El trabajo remoto no se empezó a ver con la pandemia y muchos de nosotros ya teníamos planes para empezar el trabajo remoto”, indicó.
Vidal, al igual que García, también indicó que el negocio tiene que estar involucrado en este proceso; pues, aunque TI pone las herramientas la transformación de la compañía la tienen que realizar todos los miembros de la firma. Además, adaptarse a un modelo de trabajo remoto no es un tema sencillo, implica trabajo con la cultura, trabajo en la habilitación, en nuevas prácticas e incluso de compartir el trabajo en el hogar con la familia.
Los objetivos iniciales de Telefónica fueron mantener la productividad de la compañía, es decir, conectar de manera remota a los más de 5.500 empleados y a los terceros conectados a ellos. Además, claro, mantener la disponibilidad de los servicios de telecomunicaciones a todos sus clientes, un reto que Vidal calificó como ‘muy importante’ en las primeras semanas de la pandemia.
El otro reto importante al inicio de la crisis fue asegurar las nuevas cargas que iban a soportar las aplicaciones; la autogestión se ha convertido en el mecanismo con el cual se interactúa con los clientes. Además, este se va a convertir en el estándar a partir de ahora.
Gutierrez de Ecopetrol, indicó que hace un par de años decidieron evolucionar el concepto de TI. En la actualidad, en Ecopetrol no se puede encontrar un área o vicepresidencia de TI porque se ha evolucionado a un modelo donde existe una vicepresidencia digital.
«No es un cambio semántico sino profundo. Las propias capacidades que teníamos en el grupo de TI anterior migraron de ser 100% técnicas a también tener un componente de soft skills para la atención de las necesidades”, indicó el ejecutivo.
De esta manera TI está demostrando que se ha convertido en parte fundamental del negocio y en el ‘habilitador por excelencia’ en Ecopetrol. De hecho, para construir el Ecopetrol digital del futuro han decidido enfocarse en algunos puntos. Uno de ellos es convertir todas las operaciones legadas análogas a digital, reinventando los procesos, no simplemente sistematizándolos. Aquí se planea utilizar intensivamente la RPA.
Un segundo punto tiene que ver con la nueva normalidad; es decir, cómo funcionar de manera remota luego de la pandemia y eso también implica reformular los procesos de trabajo y crear una plataforma que permita en el futuro ser 100% sostenibles en cualquiera de las modalidades o mix de modalidades de trabajo.
Finalmente, Escobar de everis indicó que hay ciertos intereses y necesidades que se han agudizado con la crisis y que se pueden agrupar en tres conjuntos. El primero es la búsqueda de un entorno flexible y eficiente, una característica que es transversal a todos los sectores y a todas las industrias. Un segundo grupo es el de las necesidades relacionadas con la búsqueda de un entorno más seguro, una necesidad que crece paradójicamente con el uso de la nube. «Pero no nos confundamos, no porque la nube no sea segura sino porque las aplicaciones y los productos digitales que estamos construyendo sobre esas nubes están teniendo muchas dificultades de seguridad”, indicó.
El tercer ámbito tiene que ver con la priorización de las inversiones, especialmente en nuevas tecnologías. Todo aquello que permite que la TI ‘no explote’ en el actual contexto es lo que recibe la inversión y, nuevamente, en este caso la nube es la protagonista, junto con la RPA.
Fuente: CIO Perú
https://cioperu.pe/articulo/30755/la-tecnologia-para-enfrentar-la-crisis/?p=7